La invitada, que fue presentada en diversos momentos de su visita, tanto por nuestro Rector Sr..Jaime Inostroza como por el Presidente del Centro General de Padres, Sr. Víctor Vidal –ambos gestores de la iniciativa- centró su exposición en la urgente necesidad de generar una nueva  manera de vivir para dar respuesta y resolver los problemas personales, sociales y de todo orden que afectan a la persona, ya que ésta se ha planteado -a través del tiempo- desde una mirada muy individualista y cuyos demoledores efectos los experimenta a diario.

Patricia May señaló que la actitud humana permanente de hoy es una "manera de vivir cortoplacista" que no cuida que cada acción que realiza tiene gran impacto sobre alguien o algo más adelante. Esto se observa en el agotamiento de nuestros recursos naturales; también en una ausencia de consideración por las demás personas. Un ser humano que se la juega exclusivamente en un "yoísmo que exacerba el: primero yo, segundo yo y tercero yo".

Sentenció que, "el cambio de actitud está en directa relación con la sobrevivencia. Tenemos que hacer un cambio de valores, de la manera de vivir y de la actitud con que enfrentamos las cosas porque necesitamos generar un mundo nuevo si queremos seguir teniendo cosas tan básicas (para otras generaciones) como el agua o el aire respirable".

Esto, indicó a la audiencia, se resuelve con asumir el control y el liderazgo de nuestro existir a través de una nueva "ecología de la vida". Se trata – manifestó - de "ligar el placer y la felicidad a algo que no esté relacionado con tener y tener, o comprar de todo: desde ropas, zapatillas, relaciones amorosas", entre otras cosas.

La pregunta vital es como racionalizar todo esto y tener una actitud diferente. Agregó luego que "este es el mundo que está muriendo y comienza a morir en cada uno de nosotros. Debemos transitar desde un paradigma individualista, materialista y consumista a un paradigma integral, sistémico, holístico e integrador".

En un breve juego de ideas, realizó un símil con el entorno geográfico que podemos estar viviendo al habitar en la planicie de un valle y observar desde allí nuestro pequeño mundo creyendo que lo es todo. Sin embargo si trepamos a lo alto de la montaña veremos el conjunto de las alambicadas interrelaciones que allí coexisten.

"Entonces, el gran cambio de paradigma es mirar y darnos cuenta que hay una totalidad mayor, y que ella incluye a la naturaleza, a la sociedad y a todos los seres humanos (…) debemos tender a una espiritualidad mayor.

Jesús dijo "todo afecta a todo"; todo está relacionado; todo lo que yo hago me afecta a mí y afecta a la gente que está más cerca". A eso, nuestra invitada, llamó "una ecología espiritual de la vida y que ha de llevarnos a entender que mis pensamientos y acciones están afectando a todo ser viviente no sólo en el ahora, sino que en 100, 500 o mil años más.

Somos eslabones en una gran cadena viviente y el punto es cómo me la juego para ser cada día un aporte a mi medio", enfatizó.

Patricia May recordó que en uno de los Evangelios se señala que Jesús planteó que "no basta con actuar bien. La pureza debe partir desde el pensamiento, desde la intención. La transformación no es solo tener actitudes ecológicas hacia afuera; es tener actitudes que naciendo desde lo más profundo de nuestra persona hagan que seamos mejores vehículos unidos en el amor. Una simbiosis perfecta entre cuerpo, emoción, mente y espíritu.

Una "ecología relacional "que ha de considerar nuestro "encuentro personal con nuestra alma, con Dios, siempre. Se la puede sentir como una luz, una fuerza(…) o como quiera que se la llame. En lo más profundo es tener un sol cuya energía no se agota. El alma y Dios están siempre ahí, sea como sea lo que uno sienta por lo divino (…) y el punto es que podamos nutrirnos de eso; aunque no se crea -inclusive- en Dios.

En entrevista a este medio y ante la consulta de cómo hacer realidad lo planteado a la luz del tráfago diario que lleva a olvidar estos datos esenciales del saber vivir, Patricia May señaló que "esta es una tarea personal de cada día para lograr siempre una pequeña y gran conquista."









Texto y fotografía: Francisco Contreras
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