Con dolor y pesar, nuestra comunidad lamenta la partida del Hermano Santiago Rosa.
Una persona muy especial para nosotros y parte importante de la historia de los 104 años del Instituto San Martín de Curicó.

Es sabido por todos el amor que el Hermano Santiago sentía por nuestra ciudad, a la que consideraba suya. Muchos son los ex apoderados y ex alumnos que guardan un gran cariño por él. Su prestancia, su conocimiento de las personas, su elegancia innata, pero al mismo tiempo delicada cercanía y sencillez, hicieron que se quedara para siempre en el corazón de los curicanos y de los maristas de Chile.

El Hermano Santiago Rosa Urquiza nació el 5 de marzo de 1927 en Iturmendi (Navarra), España, en el seno de una familia con 12 hermanos. En septiembre de 1938 ingresó al Seminario Marista de Arceniega (Álava) y posteriormente al postulantado y noviciado en Villafranca (Navarra), profesando el 25 de Julio de 1943.

Su primer destino fue el colegio Cervantes de Córdoba. Obtuvo su título de enseñanza básica en la Escuela Normal Lope de Rueda de Málaga. Llegó a Chile el 4 de Octubre de 1954 a la escuela marista Cemento Melón en la Calera. En Febrero de 1955 llegó a Curicó, siendo tutor de 56 alumnos que cursaban 1º de Humanidades y a los que acompañó hasta que egresaron en 6º Humanidades.

En el año 1960, estudió Pedagogía en Castellano en la Pontificia Universidad Católica de Santiago donde fue alumno de excelentes profesores como Julio Orlandi, Hugo Montes, Martín Panero, entre otros, licenciándose en el año 1956.

En Rancagua estuvo 7 años, tres de ellos como Director del Instituto O´Higgins. En 1971 fue nombrado Superior Provincial de Chile. En 1985 regresa como profesor a Curicó y en 1988 fue nombrado Director del ISM. En estos años el colegio tiene un auge de alumnos y crecimiento en todos los ámbitos, comienza a ser mixto. Al Hermano Santiago, como Rector, le correspondió recibir a las primeras niñas que ingresaron al Instituto , inauguró también el nuevo edificio del pre-escolar.

Regresa a Curicó en el año 2010, integrando la Comunidad de Hermanos de esta ciudad. Ya de avanzada edad, su labor estaba centrada en ser el Superior de la Casa, amar y cuidar sus hermosas plantas y flores, las que delicadamente nos regalaba. Los niños pudieron conocer al Hermano en esta etapa, haciendo siempre presencia en todas las actividades que el colegio organizara.

Siempre le recordaremos por su cercanía y por la delicadeza de estar atento a lo que se necesitara, a valorar a todos los profesores, sobre todo a los que él había contratado para nuestro colegio, y que no fueron pocos. Como un Quijote, delgado y alto, hacía honor a esta estampa soñando siempre con mejoras para el Instituto, el Hermano Santiago era feliz soñando futuro.

Seguramente hoy se encuentra cultivando los jardines del cielo junto a Jesús y nuestra Buena Madre.

Hermano adiós,
Adiós cuando nos dejas
Adiós cuando nos queda de ti un gesto y una canción.
Serás Hermano por siempre ,de corazón
Serás Hermano en Jesús.