Una segunda parte del ciclo de talleres sobre este tema se realizó recientemente en el instituto marista de Curicó y estuvo dirigido a la totalidad de los integrantes del colegio: hermanos maristas, administrativos, auxiliares, profesores, integrantes del Consejo Directivo (CODI) y personas que desarrollan sus variadas actividades con niños y jóvenes en el ISM.

Expertos maristas en temas de abuso y maltrato.

“Todos somos garantes del bienestar de nuestros niños y jóvenes” manifestó en la bienvenida la Secretaria de Misión, Marcela Hormazábal Cruz quien destacó que es atención y esfuerzo particular de la congregación  para que cada integrante de las comunidades educativas maristas sea un “experto en los temas de los niños.” Numerosos educadores del ISM están participando año a año en capacitaciones relativas a los derechos de niños y niñas y otros ligadas a reconocer el desarrollo de ambientes asociados a un sano y positivo desarrollo de la convivencia escolar, se recordó.

El objetivo del taller fue dar a conocer la manera sobre cómo prevenir y abordar el maltrato y abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes, con la clara intención de contribuir a la creación de ambientes formativos respetuosos, cálidos y dialogantes donde una positiva convivencia escolar posibilita el desarrollo de una sana y equilibrada personalidad en las dimensiones de la afectividad y sexualidad. Un primer taller abordó los aspectos de la normativa legal vigente y fue presentado por la especialista, abogada Alejandra Riveros.

Punto de quiebre.

En esta oportunidad, la psicoterapeuta María Paz Ábalos , perteneciente a la Sociedad Chilena de Psicología Analítica - Junguiana (SCPA), abordó los aspectos relativos al rol que debe cumplir la sociedad chilena, la familia, el centro educativo u otros –entendidos como colectivos humanos- para introducir un punto de quiebre que rompa el manto de silencio que logra imponer el abusador o abusadora sobre su víctima, delito que muchas veces no deja rastros físicos generando las condiciones ideales para que la situación se mantenga oculta y perdure por años con el consiguiente daño permanente que hiere la siquis y alma de quien sufre dicho maltrato o abuso sexual, “porque sobre todo la víctima queda atrapada en una esfera de poder” de la que le es casi imposible escapar y donde la ayuda de terceros es vital.

Ábalos, de lenguaje franco y directo, refirió en parte de su exposición a los numerosos casos – ampliamente difundidos por los medios de comunicación- en los que miembros del clero o personas ligadas directamente a los niños, niñas y jóvenes en ambientes escolares o de orden familiar se han visto involucrados en la comisión de delitos relativos al abuso y el maltrato infanto-juvenil.

No dejar pasar por alto cualquier tipo de situación “atípica”, no obviar ni desviar la mirada atenta que cautela el cuidado permanente de cada estudiante, ya sea en el hogar y, especialmente, en cada recinto escolar es parte del llamado para transitar hacia una cultura que efectivamente resguarde la integridad de cada niño, niña y joven y ello amerita a que las instituciones y la sociedad toda puedan revisar las profundas asimetrías de poder que aún coexisten en la estructura familiar, en los sistemas escolares e inclusive a nivel universitario, entre otros.

Protocolos regulatorios.

La formulación de protocolos claros y consensuados en el seno de la comunidad escolar, y que en el ISM están en pleno estudio en las instancias pertinentes, forma parte de los procedimientos inmediatos a la toma de conocimientos de situaciones de riesgos: “lo que hace el protocolo es achicar la cancha, poner un marco” regulatorio al actuar de las personas en contacto con niños, niñas y jóvenes, destacó Ábalos.

Cuando existen regulaciones laxas, no abordadas o poco claras estamos -agregó la relatora- “permeamos nuestro protocolo permitiendo que él o la abusadora ingrese por esa fisura.” Cuando acotamos la cancha, ciertamente se deberán “cambiar muchas prácticas de uso común en las que tenemos que ponernos de acuerdo” de manera que cada integrante de nuestras comunidades no trasgreda la norma establecida.

Jaime Inostroza Marín, rector del instituto agradeció la presentación de la profesional y el compromiso que ha puesto la congregación en esta senda; felicitó a la audiencia presente por acoger de manera tan atenta y activa los desafíos que se imponen por el bien de cada niño, niña y joven que es acogido en los colegios maristas, particularmente en el Instituto San Martín de Curicó: atendiéndoles y cuidándoles responsablemente en tarea compartida con los padres, apoderados y familia en general.

Texto y fotos:
Profesor Francisco Contreras Robles