Un feliz encuentro de la comunidad marista y que contó con la visita del Hermano Provincial Saturnino Alonso y el Hno. Vice Provincial Patricio Pino junto al rector Jaime Inostroza, Hermanos de la Comunidad Marista de Curicó Santiago Rosa Urquiza (Superior de la comunidad), Ángel Gutiérrez Gonzalo y José Luis Arranz, integrantes del Consejo Directivo colegial, educadores y la Familia Marista. El fraterno mensaje del Provincial trajo como presente la imagen de la Virgen de Fourvière, símbolo del año que celebra la comunidad marista mundial en camino al bicentenario de su fundación.

"Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por herencia."
(Mateo 5:5)

En las bienaventuranzas, Jesús derriba las ideas sobre el reino que el pueblo judío tenía: un reino terrenal que removería a sus enemigos con el empleo de la fuerza. Jesús descarta aquello de manera tajante: "Los que heredarán la tierra no son los más rudos salvajes, sino los mansos". Esto es opuesto a todos los valores del mundo que es común apreciar hoy.

La meditación del padre Hernán Patricio hizo a los presentes volver la mirada a las situaciones cotidianas como cuando se conduce un vehículo: rostros poco amigables, hosquedad. “¿Se han mirado al espejo últimamente?, inquirió. “Cuando vayan en su auto, mírense al espejo”, especialmente luego de alguna situación conflictiva en la ruta. Más vale la pena decirse “Juan, sonríe; Patricio, sonríe. No es tan grave y no vas a perder tanto tiempo mientras sigues detrás de la carreta.”

Mientras la feligresía sonreía con los comentarios del pastor, este entraba cada vez más en lo profundo de su reflexión: “Todo el mundo mira feo hoy y se nos olvida el tema central de las bienaventuranzas, fíjense ustedes, los mansos. De mansos tenemos muy poco hoy: somos chúcaros.” Mientras los niños presentes interrogaban al Pbro. Hernán Patricio sobre el significado de dicho vocablo, tarea para los padres explicárselos decía el religioso, agregaba que “los seres humanos no debemos perder el norte de nuestra vida, que siempre nos llama a algo nuevo.”

Esto ocurre cuando muchas veces se sale en las mañanas a trabajar o estudiar: rostros apesadumbrados, algunos contrariados y muchos molestos. Sin embargo, muchas veces nos topamos con esa misma persona en otro escenario como cuando nos atiende en un local comercial y con una sonrisa nos interpela “muy buenos días ¿cómo está?”. La interrogante, señaló el pastor, es “¿cuál es el verdadero rostro?, el de la mañana o el de más tarde.” En eso hay que tener cuidado, insistió, “porque la máscara se puede transformar en rostro y perdemos nuestra esencia.”

El gozo de vivir de Marcelino

Si fuésemos capaces de comprender dentro de nosotros las bienaventuranzas, tal vez una auténtica sonrisa o un verdadero “no te preocupes” haría la diferencia aunque sea en una sola persona con la cual nos encontremos evitando amargar nuestra vida “con muy poco.” Jesús nos hace la vida feliz, también, con muy poco y “esa es una buena noticia porque Él puede cambiar nuestra vida”, refrendó el padre.

Recordó uno de los magistrales pensamientos de Confucio: “Elige un trabajo que a ti te guste y no le trabajarás un día a nadie.” Ello será un “deleite”, mientras era consultado por el significado de esa palabra por los niños que escuchaban su prédica.

Quizá en la inocencia de los niños está el llamado para cada persona hoy y siempre: amar con pasión lo que se hace y disfrutar de la vida, a pesar de los vientos que usualmente soplan en contra.

Ese ejemplo de tenacidad lo tuvo Marcelino Champagnat que tuvo que luchar contra viento y marea para hacer realidad su obra siempre con un espíritu alegre, gozoso de vivir, dedicado a confiar en María, la buena madre a la que encomendaba cada tarea y desafío que asumía. Por muy mal que lo pueda estar pasando en mi familia, en mi trabajo que quizás hasta lo haya perdido, o tenga una severa enfermedad, “eso no puede quitar el gozo interno, la alegría, el deleite de v-i-v-i-r ”, enfatizó el religioso.

Tal vez la inocencia de los niños al preguntarse ¿Qué es un deleite? Nos haga llegar al centro de las bienaventuranzas donde se recupere hoy día el ser “manso”, denotando una actitud tierna y humilde hacia Dios y hacia el otro que está a mi lado. Si logramos primeramente avanzar en reconocernos en nuestro ser más íntimo obraremos de igual manera hacia los demás: transparente y verazmente, tiernamente y humildemente y no como, por el contrario obra el soberbio que no se deja moldear porque su decisión es seguir viviendo bajo sus propias resoluciones al poner su "yo" en alto, aún por encima de Dios y las demás personas.

Alegre Eucaristía de un 6  de Junio para recordar al padre Champagnat. Alborozada oportunidad para reunir a niños, jóvenes, padres, apoderados, educadores y hermanos maristas que escucharon atentamente la prédica religiosa y que en su cierre concluyó con las palabras del padre Hernán Patricio Espinoza señalando:

“Simplemente sonrían, la vida es demasiado corta para no sonreír.”

Texto: Profesor Francisco Contreras
Fotografía: Profesora Carolina Gutiérrez