El encuentro pastoral fue organizado por la coordinación de Evangelización Explícita que dirige el profesor Jorge Muñoz Peña. La reflexión versó sobre el proceso de cambio que cada uno de los miembros de la comunidad escolar está llamado a seguir que “anclada a la sólida roca que representa el Señor, cada uno le encontrará el sentido que guiará e iluminará" el propio caminar.

La sal pura,  se dijo, como suele ocuparse en la vida rural, “es un precioso tesoro”, pero si esa sal pierde la calidad de preservar y proteger, no tiene sentido guardarla. Por lo tanto, “debemos buscar la pureza y a la vez contagiar al resto, a pesar de nuestras debilidades que no habrán de impedir el acompañar a los demás. Nuestras debilidades – se reflexionó – han de motivarnos de alguna manera a cambiar, a mejorar nuestro servicio cuyo destinatario final son nuestros alumnos”.

El profesor Jorge Muñoz señaló en la reflexión que el edificio que cobija al instituto recobrará su magnífico sentido a partir del 1 de marzo cuando acoja nuevamente a sus alumnos, “razón de ser de nuestra institución que el Padre Champagnat creó para ellos, siendo hoy más que nunca protectores de nuestros niños y jóvenes y además garantes de sus derechos".

El colegio es, “un lugar de resguardo seguro donde están nuestros alumnos, nuestros hijos, es un lugar sagrado donde se debe respetar su identidad y compartir los valores del Evangelio para que el día de mañana, tal vez no observándolo directamente nosotros, ellos (los alumnos) puedan ser buenos cristianos y virtuosos ciudadanos insertos en la sociedad y dedicados a su reconstrucción”, manifestó en parte el profesor Muñoz.

Hubo significativos gestos, por ejemplo, la entrega de la piocha del colegio que recibieron ocho educadoras que asumieron tareas como profesoras del Instituto San Martín de Curicó. Similar gesto se tuvo con el nuevo rector, Sr. Andrés Prado Soto que a partir de este año dirige este establecimiento (trienio 2019 a 2021), instancia que agradeció profundamente a los presentes.

Otro gesto constituyó el sencillo acto de apoyar la mano sobre el hombro de la persona próxima y que posteriormente fue acompañando con el abrazo fraterno que expresó entre líneas: "Estoy a tu lado y puedes contar conmigo".