FORTALECIENDO VÍNCULOS DE CONFIANZA

Estamos enfrentando una pandemia con muchos efectos colaterales y estamos invitados a poner un granito de esfuerzo para que en nuestro caso el trabajo pedagógico se optimice transformando la crisis que experimentamos en una valiosa oportunidad.

Los expertos sostienen que mantener las cámaras apagadas durante las clases son un serio obstáculo para la construcción de vínculos que favorezcan los aprendizajes.

Por el contrario, la cámara encendida permite, tal como ocurre en la sala de clases de la escuela, leer emociones, intensidades e incluso atender a un niño, niña o joven con más de alguna inquietud que surge en el desarrollo de la sesión.

Durante la interacción de la clase online la conducta no verbal también informa nuestro grado de comprensión y nivel de acuerdo o desacuerdo frente a lo que se comunica. Es un valioso momento para que el docente y el estudiante se retroalimenten mutuamente.

LENGUAJE PARAVERBAL

El llamado lenguaje paraverbal que incorpora posturas, gestos, miradas, tonos de voz y señales no orales también importa. Y mucho. Es un lenguaje complementario al de las palabras, con el que nos informamos de forma constante. La cámara encendida da cuenta de quiénes somos, cómo nos sentimos o cuáles son nuestros gustos.

Y si complementamos, tal como se enfatiza en la comunidad escolar del ISM, con ambientes de respeto, empatía y tolerancia donde estudiantes y educadores están comprometidos con ello, se avanzará hacia la construcción y consolidación de los necesarios vínculos de confianza.

RESOLVIENDO INCONVENIENTES CREATIVAMENTE

El profesorado del Instituto San Martín está consciente que se requiere monitorear las respuestas verbales y no verbales de los estudiantes. Es una manera de poder ayudarles en la construcción de aprendizajes y lazos afectivos más duraderos y profundos.

Asimismo, docentes y directivos están conscientes de los problemas de conectividad, ralentización de las comunicaciones de internet y fallos imprevistos. Para esto es muy positivo que el estudiante -o su apoderado/a- lo comunique.

Por otra parte, el trabajo telemático fatiga debido a la prolongada conectividad y atención frente a las pantallas. Así también hay estrategias - y podrán surgir otras- que permitan el descanso más prolongado y una rápida recuperación.

El recreo es el momento propicio para desplazarse, ejercitarse y desconectarse por un rato. En la misma clase, las profesoras y profesores pueden “leer” el rostro de sus estudiantes y accionar “pausas activas” que les beneficiarán mutuamente. Y si se trata de preservar por algún motivo la reserva del espacio privado del hogar, también se puede conversar con el tutor(a) y manifestar tal aprehensión.

UNA EXPERIENCIA VITAL

La Circular informativa Nº2 de Rectoría con informaciones de inicio del año escolar (24 febrero, 2021), recordaba a los padres, madres y apoderados una vez aquilatada la experiencia del año pasado:

“Para los educadores -y los humanos en general- mirar los rostros de sus estudiantes es una experiencia vital, irreemplazable y de profundo sentido humano y cristiano (“Dios nos creó a su imagen y semejanza”. Gn. 2,27). Clases con cámaras apagadas, equivalen a una clase presencial con alumnos dándole la espalda al profesor”.

Invitamos a padres, madres, apoderados y estudiantes para promover el encendido de las cámaras durante las clases online: el saldo será muy positivo, “para comunicarnos bien y aprender mucho mejor”.