Hoy finalizamos la
Semana de la Familia con la tradicional procesión de la Virgen del
Carmen, Patrona y Reina de Chile.
Ella es ejemplo y modelo de la
vida cristiana y familiar.
Iniciaré mi reflexión con las palabras de un gran escritor, poeta y
filósofo español, principal exponente de la Generación del 98,
Miguel de Unamuno: He llegado hasta el ateísmo intelectual, hasta
imaginarme un mundo sin Dios. Pero ahora veo que siempre conservé
una fe oculta en la Virgen María. Y en momentos de apuro se me
escapa maquinalmente del pecho esta exclamación: MADRE DE
MISERICORDIA, FAVORECEME.
María es, de los misterios, el más dulce. María es la
sencillez, la madre de ternura. María, misterio de humildad y de
amor, es el asiento de toda sabiduría. TRONO DE SABIDURÍA, RUEGA POR
NOSOTROS.
La devoción a la Virgen María está grabada en las entrañas de la fe
popular, y todos nosotros tenemos experiencia de ello. María es
amada, invocada y ensalzada por los creyentes, y cantos,
oraciones, alabanzas van dirigidas a Ella desde los cuatro puntos
cardinales. A la Virgen están dedicadas catedrales, santuarios,
iglesias y ermitas que salpican la geografía de nuestros pueblos y
ciudades. María ha sido cantada por los poetas y músicos de
todos los tiempos, tallada por los escultores a lo largo de
la historia y pintada por los pinceles más geniales.
La familia cristiana debe amar, venerar y sobre todo imitar a la
Virgen María. Para la Familia Marista, María lo ha hecho todo entre
nosotros. Ella es nuestra Buena Madre, nuestra primera
Superiora, nuestro Recurso Ordinario. San Marcelino
Champagnat, nuestro padre y fundador nos dice: Amad a María y
hacedla amar. Este amor y esta veneración hacia la Madre de
Dios lo debemos expresar con ciertas oraciones marianas.
Honramos a la Virgen en familia cuando rezamos juntos el
Avemaría, la Salve, el Angelus, el Bendita sea tu pureza, el
Acordaos, el Rosario. Estas oraciones no pueden caer en el
olvido de la vida familiar.
Esta tarde todos a la procesión que tendrá lugar a las 15 horas.
En forma especial, invito a todos los integrantes de la Familia
Marista: Hermanos, profesores, administrativos y auxiliares,
padres y apoderados, exapoderados, alumnos, exalumnos y
exalumnas a testimoniar que amamos entrañablemente a MARIA
haciéndonos presentes en la procesión de la Virgen del Carmen.
Con fe profunda digamos: ¡VIRGEN DEL CARMEN REINA DE CHILE,
SALVA A TU PUEBLO QUE CLAMA A TI!.