A veces nos preguntamos: ¿Qué hice para merecer esto? ¿Por qué Dios
tiene que ser tan injusto conmigo?
Aquí va una bellísima explicación.
Una joven le dice a su madre cómo todo le ha salido mal: No Salió
bien en el examen de Matemáticas, su novio resolvió terminar con
ella y su mejor amiga está de paseo en otra ciudad.
En horas de amargura, una madre sabe qué puede agradar a su hija. Le
preparará un sabroso pastel. En aquel momento tan difícil, abrazó a
su hija y la llevó a la cocina, consiguiendo arrancar de su rostro
una sonrisa. Luego que la madre separó los utensilios e ingredientes
que usaría, los colocó en la mesa y preguntó a su hija:
- Querida, ¿quieres un pedazo de pastel
- ¡Claro, mamá! ¡Sabes que me encanta el pastel!
- Está bien, respondió la madre. Bebe un poco de ese aceite que está
en la cocina. Asustada, la hija respondió:
- ¿Cómo dices ¡Jamás!
- ¿Qué tal si te comes un huevo crudo
- ¡Nunca, mamá!
- ¿Quieres comer un poco de harina de trigo o bicarbonato de sodio
- Mamá, eso no me agrada, me enfermaría. La madre le respondió:
- Es verdad, todas esas cosas están crudas y son feas separadas
Pero cuando las colocamos juntas, en su justa medida, ellas hacen un
delicioso pastel.
Dios trabaja de forma similar. La gente pregunta,
¿por qué EL permite que pasemos momentos difíciles No saben que
cuando EL permite que todas esas cosas entren en el orden
perfecto, siempre será para hacer una obra perfecta en nuestra
vida. No necesitas conformarte con ingredientes crudos. Deja
TODO en sus manos y se tornarán en algo fantástico.
Dios se preocupa tanto de ti que te envía flores todas las
primaveras. Hace nacer el sol todas las mañanas y siempre que
quieras conversar, EL está dispuesto a escucharte.
El puede vivir en cualquier lugar del universo pero escogió
vivir en tu corazón.
Les deseo, estimados lectores, que sus días sean como un
Pedazo de Pastel.