TEXTO BIBLICO:<br />
“No te apresures, ni con los labios ni con el pensamiento,<br />
a hacer promesas a Dios, pues Dios está en el cielo y tú en la tierra. Por eso, habla lo menos que puedas,<br />
porque por mucho pensar se tienen pesadillas,<br />
y por mucho hablar se dicen tonterías”. (Ecl. 5,1-2)<br />
Un hombre fue donde estaba Sócrates y le dijo:
- Oye Sócrates, escucha lo que te tengo que contar de cómo un amigo tuyo…
- Cállate, le interrumpió el sabio, ¿has ya pasado lo que me quieres contar por los tres cedazos?.
- ¿Tres cedazos? ¿Cuáles?
- El primero es el de la verdad. ¿Has comprobado que lo que me vas a contar es verdad?
- No, verdaderamente lo he oido decir, pero…
- Entonces, lo habrás pasado por el segundo, esto es el de la bondad: ¿Lo que me vas a contar, si no sabes si es verdadero, será por lo menos bueno?
- No, ciertamente no, más bien al contrario…
- ¡Ah, interrumpió Sócrates, entonces probemos con el tercer cedazo: Pregúntate si es necesario que me cuentes todo aquello que al parecer te ha impresionado.
- Verdaderamente, necesario, lo que se dice necesario, no lo es…
- Entonces, respondió el sabio, si lo que me quieres decir no es ni verdadero, ni bueno, ni necesario, metámoslo en el olvido y no nos ocupemos más de ello.
REFLEXIÓN: ¿Somos personas sinceras o estamos acostumbrados a “ir con cuentos”?
ORACION: LIBRANOS DE HABLAR MUCHO Y HACER POCO
Líbranos, Señor, de ser de los que hablan mucho,
pero no empiezan nada;
de los que empiezan todo,
pero no acaban nada;
de los que prometen siempre,
pero no cumplen nada;
de los que no hacen nada,
pero no paran de criticar todo;
de los que se quejan de la dureza de los tiempos
del egoismo de la gente,
pero no intentan mejorarse,
para enriquecer a los demás;
de los que no piensan más que en recibir,
pero no dan nada;
de los que no se equivocan nunca
o de los que no saben reconocerlo.
De todo ello, líbranos, Señor.