Tanto educadores, estudiantes y personas que se encontraban de paso en el Instituto San Martín (ISM) se aproximaron al gimnasio del colegio cuyo recinto, abarrotado por la concurrencia, escuchó la prédica del Padre José Abarza.

El pastor inquirió a la concurrencia el cuestionarse las situaciones de desigualdad que aún, en los inicios del siglo XXI, apreciamos en múltiples situaciones del diario vivir. “¿Es normal ver a niños pidiendo limosnas en las calles?, ¿Es normal ver a niños aspirando bolsas con neoprén?”, espetó con fuerza.

“Nunca debemos cansarnos de ser solidarios para ir limpiando las cosas que no son normales en nuestro país”, dijo a los presentes. Posteriormente agregó que    “la solidaridad desde la figura de san Alberto Hurtado nos llama a cambiar las cosas que no son normales en la sociedad de hoy. Cristo nos recuerda que lo que hicimos a los más pequeños, a los empobrecidos, se los hicimos a él”.

La palabra solidaridad sostenida por niños y niñas se construyó con un collage de mensajes alusivos a la ocasión. El acto simbólico de la entrega de pequeñas alcancías con la forma de una casa sirvió para lanzar la campaña que promueven alumnos de segundos medios para construir seis mediaguas que albergarán a igual número de familias. Todo fue seguido con atención y respeto por los estudiantes, profesorado, Hermanos maristas y consejo directivo (CODI) junto al rector del ISM, Sr. Jaime Inostroza Marín y Hno. Jesús Pérez, delegado Provincial de Misión en nuestro país.

Una gran cadena se formó apoyando la mano de unos sobre el hombro de quien tenían a su lado simbolizando la proximidad y hermandad que debe primar entre las personas, un claro decir: “hey, estoy aquí a tu lado. Cuenta conmigo”.

Posteriormente, algunos cursos realizaron jornadas de reflexión en el colegio; otros salieron a terreno dirigiéndose a jardines infantiles, guarderías y otros puntos para ofrecer una mano de ayuda y compañía.

Particularmente distintivo fue la participación de una pequeña delegación del ISM en la misa dedicada a la pequeña María Alfonsina cuya muerte llegó apenas recién nacida al ser abandonada a los pies de la Virgen María en la Iglesia La Merced de la ciudad. Con gran concurrencia, el Obispo Horacio Valenzuela rogó por la vida y el eterno descanso de la menor.

La entrega de marcadores con mensajes alusivos a ese día en particular realizado por nuestros alumnos y alumnas selló ese momento.















Texto y fotografía: Francisco Contreras Robles