<strong>La Cuaresma: Ir al desierto para encontrar lo esencial. Dame fuerza, Señor, para adentrarme en mi interior y encontrar lo que tú has sembrado en mi para ofrecerlo a los demás.</strong>
La Cuaresma: dejarse iluminar por la luz. Que tu Luz, Señor, me haga ver la luz, ilumine mi vida y me ayude a comprender lo que me da felicidad y sentido.
La Cuaresma: dejarse guiar por el Señor que nos lleva por sus caminos. Gracias, Señor, por todos los que me han transmitido la fe y me ayudan a hacerla más intensa, más profunda, más personalizada, más madura.
La Cuaresma: urgencia de conversión. Que te conozca, Señor, y me conozca a mi, como tú me conoces, para que irradie tu amor a toda persona que se relacione conmigo.
La Cuaresma: cambiar de vida. Ayúdame, Señor, a caminar por tus caminos. Que nada ni nadie me aparte de tu amor.
La Cuaresma: hacer la voluntad de Dios. Venga, Señor, tu Reino a mi vida, a nuestro mundo, a nuestra casa, a nuestro colegio, a nuestras relaciones humanas. Haz que luche por construir un ambiente más habitable con mi presencia sencilla y cercana.
La Cuaresma: renovar la fe en la oración. Señor, enséñame a orar con limpio corazón, con sentido profundo, con perseverancia y asiduidad, para que sepa discernir tu voluntad.
La Cuaresma: corresponder a la elección y llamada del Señor. Señor, empújame a ser más, a vivir más intensamente, a desarrollar todas mis capacidades, a luchar por mejorar. Que no me deje vencer por la comodidad.
La Cuaresma: tiempo favorable para caminar y convertirse obrando según Dios. Te miro, Señor, y tú me miras. Haz que encuentre en ti la fuerza que me guía.
La Cuaresma: reconciliación con Dios y con los hermanos. Señor, enséñame a vivir tus enseñanzas desde el interior y sin barreras. Que ellas fecunden en mi los buenos propósitos que guían mi vida.
La Cuaresma: confiar en los verdaderos valores. Ayúdame, Señor, a descubrir quien me necesita, a quien puedo echar una mano, y dame fuerza para acompañarle y estar a su lado.
La Cuaresma: recordar el mensaje de Dios y ponerlo en práctica. Creo, Señor, pero aumenta mi fe. Dame la alegría de saberte cercano, y la confianza de sentir que tú siempre estás a mi lado.
La Cuaresma: amar a Dios sobre todas las cosas. Quiero, Señor, marchar por tus caminos, rechazar los ídolos que no me dejan acercarme a ti, y arraigarme en tu amor.
La Cuaresma: hacer brotar la vida que llevas en tu interior. Ayùdame, Señor, a desarrollar lo mucho y bueno que has sembrado en mi.
La Cuaresma: acompañar a Cristo en su Pasión. Ayúdame, Señor, a ser servidor de todos, con sencillez, con humildad, con sinceridad, con amor.