En la jornada de la mañana se reunió con los estudiantes desde séptimo a cuarto medio donde planteó la certera pregunta ¿mamones o emprendedores?

TENER UN SUEÑO Y HACER ALGO POR ALCANZARLO

Consultó a los presentes cuánto les importa lo que ocurre en su medio, en su entorno -como la contaminación- o qué les ocurre a los animales en peligro de extinción, o si sabemos de aquellos que están tratando de hacer algo por el ecosistema donde se encuentran.

La característica destacable de esas personas es que están “haciendo algo” que les hace ser felices, tienen un sueño”, subrayó. “Esa es una decisión; yo quiero ser feliz, yo quiero tener un sueño y trabajar por él” continuó enfatizando.

Dialogó y compartió con la audiencia estudiantil los sueños de algunos estudiantes presentes para, posteriormente, contrastarlos con la realidad de aquellos que dicen reconocer que no tienen aún tan anhelada aspiración humana.

Todo sueño, todo deseo que caracteriza al emprendedor está basado en aprendizajes, en fracasos y en la inclaudicable postura de seguir adelante con esfuerzo:

“Uno debe ser protagonista de su vida y no vivir la vida de otros. Mientras estás acostado mirando el techo, la vida continúa y tendrás vida en el momento en que tu salgas del encierro de tu habitación”.

EMPRENDER PARA CAMBIAR

Compartió su pensamiento al decir: “mi sueño -o nuestro sueño- es la paz mundial; lo único que sé es que ella se construye si yo cambio, si tu cambias. Yo no puedo pedir al otro que cambie si yo no cambio primero. Como Mahatma Ghandi señaló, sé tú primero el cambio que quieres en el mundo”.

Sylvia Langford reiteró en su intervención a los estudiantes la palabra “respeto”, indicando que este es un valor que hay que cuidar: “es posible que muchas veces no se comparta lo mismo pero tenemos que respetarnos.”

Consultó a los estudiantes reunidos “¿Alguien quiere la paz mundial?”, para responder desarrollando la siguiente idea: “Mis pensamientos se traducen en palabras, mis palabras construyen mis actos, y mis actos construyen mi realidad. La realidad que hay en el mundo la hemos construido todos nosotros y si todos nos juntamos podemos cambiar lo que está ocurriendo.

Por eso, la decisión es de ustedes: ser un mamón, un papón o un emprendedor: sólo los emprendedores van a cambiar este mundo.”

Jaime Inostroza, rector del colegio, agradeció tan preclaras pistas para el desarrollo personal señalando que “nuestra esperanza es que dichas claves puedan ser reflexionadas e incorporadas en su corazón y mente; es un llamado e invitación que queremos hacerles con mensajes muy potentes para la formación de cada uno de ustedes, nosotros los educadores y también sus padres.”

Por la noche, Sylvia Langford se reunió con los apoderados del instituto San Martín de Curicó sin antes dejar a los estudiantes  una clásica sentencia oriental de Confucio:

"Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes.”

Texto y fotos:
Profesores K.Mandujano y F.Contreras.